Tomar la decisión de que un familiar mayor comience a vivir en una residencia especializada trae consigo dudas y miedos. Muchas veces, la duda gira en torno a ¿es el momento adecuado? ¿Cómo cuidarán a mi ser querido?.
Si bien no existe una única respuesta para esta decisión, hay situaciones recurrentes que muchas familias enfrentan. En este artículo queremos ayudarte a identificar algunas señales que podrían indicar que una residencia de adultos mayores puede ofrecer una mejor calidad de vida para esa persona que tanto querés. Lo hacemos con respeto, empatía y la experiencia de acompañar a familias en momentos decisivos.
Cuándo es momento de considerar una residencia para adultos mayores
1. Pérdida de autonomía en la vida diaria
Si tu familiar ya no puede realizar actividades básicas como cocinar, bañarse, tomar sus medicamentos o moverse con seguridad, es momento de pensar en un entorno donde reciba atención constante y personalizada.
2. Problemas de memoria o diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas
El Alzheimer, la demencia senil u otras condiciones cognitivas requieren cuidados especializados. Una residencia para personas con Alzheimer, por ejemplo, brinda estimulación adecuada, seguridad y acompañamiento profesional.
3. Riesgo de accidentes en el hogar
Las caídas son frecuentes en la vejez y pueden generar complicaciones graves. Si ya hubo accidentes o situaciones cercanas, una residencia ofrece un entorno adaptado, con supervisión y prevención.
4. Aislamiento social o tristeza
La soledad impacta directamente en el bienestar emocional. En una residencia, las personas mayores vuelven a sentirse parte de una comunidad, a compartir, conversar, reír y participar.
5. Cansancio o estrés del entorno familiar
Cuando el cuidado diario se vuelve muy exigente, tanto física como emocionalmente, es importante reconocerlo. Buscar apoyo no es abandonar: es cuidar mejor.
6. Deseo de la propia persona mayor
A veces, son ellos mismos quienes expresan que se sienten solos, aburridos o inseguros. Algunas personas mayores eligen voluntariamente ir a una residencia porque quieren compañía, tranquilidad o dejar de preocuparse por tareas domésticas.
7. Etapas de duelo o crisis emocional
Tras la pérdida de una pareja, cambios de vida importantes o un cuadro depresivo, la vida cotidiana puede volverse muy cuesta arriba. Estar en un entorno con apoyo emocional y estímulo diario puede ser clave en la recuperación.
¿A qué edad se considera que una persona necesita este tipo de cuidado?
No se trata de una edad numérica, sino del nivel de autonomía y de las necesidades que van surgiendo. Algunas personas requieren apoyo a los 70, otras viven de forma independiente mucho más allá. La clave es observar el día a día y preguntarse: ¿está seguro o segura?, ¿se siente acompañado o acompañada?, ¿puede valerse por sí mismo o por sí misma?.
¿Por qué una residencia de adultos mayores puede ser una buena opción?

Las residencias actuales —como La Fransina, en La Plata— son muy distintas a las imágenes que muchas veces tenemos en la cabeza. No son hospitales, ni asilos. Son hogares pensados para brindar bienestar, contención y una vida plena en esta etapa.
Entre los beneficios están:
- Atención médica y cuidado personalizado, según el grado de dependencia.
 - Habitaciones confortables, con opción individual.
 - Actividades sociales, recreativas y terapéuticas.
 - Espacios comunes luminosos, seguros y tranquilos.
 - Acompañamiento emocional y vínculo con las familias.
 
¿Cómo acompañar emocionalmente esta decisión?
El paso a una residencia puede generar temores, tanto en la persona mayor como en su familia. Por eso es fundamental hablarlo con tiempo, recorrer espacios, escuchar sus emociones y mostrar que no se trata de “internar”, sino de elegir una nueva forma de vivir, con apoyo y calidad de vida.
No hay un solo motivo ni un único momento para considerar una residencia de adultos mayores, pero si sentís que la salud, la seguridad o la calidad de vida de tu ser querido está en riesgo, es importante abrir la conversación.
En La Fransina, creemos que cada persona merece vivir esta etapa con dignidad, comodidad y acompañamiento afectuoso. Por eso, te invitamos a conocernos y charlar sin compromiso.



